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La forma de l'aigua


La novel·la que obre la sèrie policíaca ambientada a Sicília i protagonitzada per l’emblemàtic comissari Montalbano.

En una càlida nit siciliana, el comissari Montalbano s’enfronta a una situació particularment enrevessada quan uns escombriaires troben un conegut polític i empresari mort en circumstàncies molt compromeses. Tot apunta que ha estat un atac de cor després d’haver mantingut relacions íntimes amb una persona desconeguda en un raval on regnen la prostitució i la droga. Montalbano es proposa descobrir la trama sexual i política que s'amaga darrere del presumpte crim i, amb aquella barreja entre bonhomia i mala bava que el caracteritza, anirà estirant els diversos fils que emboliquen un advocat mafiós, un adversari polític del mort, el fill d’aquest, una sueca impressionant, un pilot de ral·lis i un nebot angelical difunt... Un conjunt d’històries que ajuden a fer d’aquesta novel·la una gran aventura del mestre Camilleri.


El comissari Montalbano, en un nou episodi de les seves aventures, s'enfronta amb una situació particularment enrevessada per les implicacions polítiques de l'escàndol que ha d'investigar. Uns escombriaires (de fet topògrafs sense feina) troben un polític mort en una situació molt compromesa. El polític és un home que destacava per l'honestedat enmig de la corrupció que hi ha sempre en la política a les noveláles de Camilleri. Montalbano s'encarregarà de la investigació, naturalment, i amb aquella mena de barreja entre bonhomia i mala bava que el caracteritza, anirà estirant els diversos fils que emboliquen un advocat mafiós, un adversari polític del mort, el fill d'aquest, una sueca impressionant, un pilot de rallies i un nebot angelical del mort... Són històries que ajuden a fer d'aquesta novelála una altra aventura del mestre Camilleri.

El primer libro de Andrea Camilleri de la serie Salvo Montalbano se llama La forma del agua y ha sido publicado mucho después que otros suyos, en abril de 2002, como siempre en la editorial Salamandra. Barcelona. No entiendo esa política de las editoriales de publicar primero uno de la serie y luego otros, entre ellos el primero, lo mismo hicieron con Mannkell, no así, sin embargo, con Donna Leon.

Pues bien, en La forma del agua nos hace una presentación de los personajes, tanto principales, el mismo Montalbano al que le gusta la buena comida y bebida, de manera que después de unos pulpitos cocinados por la "señora Elisa", la mujer del Jefe Superior de Policía, se "siente en paz con Dios y con los hombres". También nos presenta a los secundarios. Mimi Arguello, el subcomisario que en esta historia aparece al final, Fazio, otro compañero que se lleva mal con aquel y que es un conductor muy intrépido; curiosamente no aparece aun Cotarello y su curiosa forma de hablar. La bella y guapísima Ingrid Sjostrom, que en sucesivas historias se convertirá en verdadera amiga de Montalbano. Livia, la novia que vive en Milán. Etc.

La historia es lúgubre y sórdida. Ya no sólo por los bajos fondos, la mafia, los problemas sociales,... lo que hace que sea una auténtica novela negra pero con intriga, puesto que el asesino no aparece hasta el final y eso que aquí no se trata, en un principio, de ningún asesino. También es sórdida por la historia narrada: un lider de un partido y su "alter ego", un abogado, que lleva una fuerte campaña en pro de la limpieza política y contra la corrupción (lo que le hace el más corrupto según Montalbano) en su vida pública y política (¿no es lo mismo?), mantiene una vida de relaciones sexuales fuera de su matrimonio que parece competir con la Chicholina siendo además, como dice Montalbano, "ambidiestro". Entre sus amantes se cuenta a su propio sobrino, un hermoso joven enfermo de epilepsia. En una noche de estas locas se muere de un infarto y su abogado aprovecha la situación para colocarse a sus enemigos políticos en el bolsillo (curiosamente sus enemigos políticos son los de su propio partido), montando una rocambolesca historia. Montalbano se mosquea desde el principio e impide cerrar el caso y, naturalmente, va descubriendo poco a poco toda la historia. El corrupto y mafioso abogado cae asesinado por su amante que después se suicida.

Políticos corruptos, policías que actúan como porteras, periodistas estúpidos, trabajadores que tienen razón en sus reivindicaciones: Al llegar al despacho, Fazio le comunicó que los obreros de la fábrica de sal, todos ellos en situación de movilidad laboral -piadoso eufemismo para decir que habían sido despedidos-, habían ocupado la estación. Sus mujeres, tendidas sobre las vías, impedían el paso de los trenes. Los carabineros ya se habían desplazado al lugar. ¿Tendrían que ir ellos también? - ¿Para qué? - Pues no sé, para echar una mano. - ¿A quién? - ¿Cómo que a quién, dottò? A los carabineros, a las fuerzas del orden, que, además, somos nostros, hasta que no se demuestre lo contrario. - Si de veras se te ocurre echar una mano a alguien, échasela a los que han ocupado la estación. - Dottò, siempre lo he pensado: usted es comunista

Prostitución, inmigración, mafia,... No deja nada en el tintero, pero además presentado de forma limpia, sin tapujos. Camilleri bebe de las fuentes de Sciascia, otro siciliano al que, además, cita muy a menudo. La estructura del libro es muy amena. Se basa en intercalar diálogos, que nos sirven para conocer perfectamente a los personajes, por ejemplo el tal Gègè, el compañero del colegio de Salvo Montalbano que ahora está en el otro lado de la raya, trafica con hachis y prostitución y sigue siendo amigo de Montalbano. Y en utilizar las descripciones de forma muy sutil y ligera, de manera que la historia se hace amena y divertida. El narrador es omnisiente aunque no total, siempre vive y actúa con Montalbano, incluso se cayan cosas los dos, Montalbano y el narrador, dando la sensación de que los dos son una misma persona. El recurso es ingenioso, aunque creo que ya lo usaba Conan Doyle.

Enrique Bienzobas Castaño





Last modified Friday, January, 27, 2023